QUÉ PASA
29/05/22
SOBRE LA CEGUERA
QUÉ PASA
Cernillar, destocorrillar,
sarmentar, esfrague, bina, rebina, rebusco… quizás a ti como a mí, estas
palabras no te digan nada. Son alguna de las más de 20 labores que tiene el
viñedo moscatel al año, desde que brotan las primeras yemas hasta que se
recogen las pasas de los paseros para ser comercializadas o convertidas en
vino.
…Las
pasas son un producto identitario de la provincia de Málaga, autóctono,
ecológico, artesanal y de calidad. Están protegidas por la Unión Europea bajo
la denominación de origen Pasas de Málaga y recientemente fueron declaradas
SIPAM (Sistema Ingenioso del Patrimonio Agrícola Mundial) por la FAO,
organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura.
Su vendimia es de las más
artesanales y singulares de Europa. La orografía del terreno, con pendientes de
hasta el 50% hace imposible la mecanización del proceso de recolección. Todo
debe hacerse a mano. Esta tradición transmitida de padres a hijos, se ha
mantenido exactamente igual que hace siglos.
El secado de la uva en la Axarquía
es un proceso artesanal que tiene lugar en característicos paseros. Un secado
natural al sol que hace que se mantengan sus características organolépticas que
las hacen inigualables en sabor, textura y color…
Esta cursiva pertenece al
recomendable cuadernillo Uvas Pasas de Málaga, que Juan Gámez Villalba ha
escrito sobre este sabroso y nutritivo cultivo ancestral con sabiduría, respeto
y cariño hacia el producto y el productor, con una evidente vocación didáctica
que me ha ayudado mucho a la hora de aprender y comprender este sector agrícola
que me resultaba tan ajeno.
Estuve hace unas semanas en Almáchar en la celebración del cuarto aniversario del
reconocimiento SIPAM, un acto que conllevó la colocación de una estatua de
bronce tamaño natural de una mujer sentada en una silla picando pasas del
escultor Rafael Bravo Hierrezuelo, la presentación pública del excelente,
oportuno y pedagógico documental La Vid(a) -brillante idea de Adolfo Cisneros
filmada por Ezequiel Comesaña- y discursos de autoridades locales,
provinciales, autonómicas y estatales que tenían en común resaltar el mérito de
los agricultores que mantenían intacta esta dura faena secular y la injusticia
que se cometía año tras año con el precio que se paga al agricultor por las pasas. Ni que decir tiene que
todos los discursos coincidían también en acabar con un mensaje de esperanza:
en adelante iban a hacer todo lo posible para terminar con este injusto
anacronismo que estaba poniendo en peligro el futuro de esta labor sui géneris.
En 2022 al productor axárquico se le
ha pagado a 4 € el kilogramo, mientras que 20 km más abajo, en el Centro
Comercial de Rincón de la Victoria -y en todos los comercios- se vende a 15 €.
¿Cómo es posible que haya una plusvalía de 11 € entre el que trabaja la pasa y
el que la compra? ¿Quién pone esos precios tan ridículamente bajos para el
productor y tan exageradamente caros para el consumidor? Y, lo que es más grave
¿Quién lo permite y por qué?
Por empezar respondiendo a esta
última pregunta, lo permiten los políticos de todos los signos y cámaras, los locales,
los provinciales, los autonómicos y los estatales, porque desde hace tiempo el
precio de los productos en el mercado ya no depende de ellos, así que cuando
están demagógicamente mandando al productor mensajes de esperanza, mienten sabiendo que mienten.
Padecemos una economía subalterna y
gregaria que carece de autonomía, que sufre las consecuencias de una
globalización en la que son las
macroempresas las que dictan a los gobiernos sus políticas económicas. El
margen de maniobra de los gobiernos se ha ido reduciendo desde los años 70,
solo hay que ver las dificultades que pasa el gobierno actual cuando quiere
aprobar leyes que afecten a los precios del sacro mercado, ese ente al que
nadie pone cara que es como la palabra de Dios en los negocios, algo que parece caído del cielo pero que es la voluntad expresa de Carrefour, Iberdrola, BP, Apple, Microsoft , Amazon y compañía.
En las circunstancias actuales, ni
la viña ni los viñeros pueden mantenerse, la situación es insostenible, no se
puede vivir de la pasa sin tener otros trabajos extras. Los jóvenes abandonan
el campo y algunos viñeros ya optan por arrancar las cepas centenarias y
plantar unos mangos que dan menos trabajo y tienen la venta y el buen pecio
asegurado. Es decir, cambiar un cultivo
tradicional de secano por otro subtropical que necesita un agua que escasea
cada vez más en la Axarquía.
Así que el mensaje de los políticos
para los productores de pasas debería ser que sus problemas no tienen solución
dentro de este sistema capitalista salvaje que nos oprime a todos, que hace que
los ricos sean cada día más ricos y los pobres aumenten y sean cada
día más pobres, que está llevando a la humanidad y al planeta a un punto sin
retorno.
Pero a ver quién es capaz de ponerle
el cascabel al gato. Mejor seguir mareando la perdiz, seguir haciendo como que
hacemos algo, seguir mintiendo.
El "Mercado" ¿Qué es el Mercado?...Todavía no me he enterado. Lo que está claro es el capitalismo salvaje y sus consecuencias. Es una lástima que el cultivo de la pasa esté en franco retroceso y como dices... "es más rentable un cultivo subtropical".
ResponderEliminarGracias Antonio y hasta el domingo.