MARISCADA

 

                                                                                                               30/01/2022.

MARISCADA

            A veces las cosas vienen así. A un advenedizo como yo en el mundo del motor, le pueden pasar fácilmente estos contratiempos. Uno se hace una idea, la vida fluye de otra manera y te pone en tu sitio. El consabido el hombre propone y Dios dispone que hemos oído repetidamente a nuestros padres.

            Llevada tiempo pensándolo. Pasaba casi a diario y me quedaba un rato ante el escaparate del concesionario admirándolo. Aquel modelo me tenía seducido. La línea deportiva que a mí me gustaba, blanco, cinco puertas, viniendo de tener un 4 latas azul… era el  coche de mis sueños.

No era barato para la época -mediados de los 80-, pero me daba un poco igual porque, de cualquier forma la adquisición terminaría siendo una fantasía bancaria, ya que mi capital inicial, como en todos los negocios que he hecho, era 0 pesetas.

Una tarde, al salir del trabajo, le pedí a un amigo que me acompañara a comprarlo. Ya en la tienda, le señalé al vendedor exactamente el auto que quería: -Ese. Para mi sorpresa, se fue hacia él, le abrió el capó y empezó a enumerar las bondades de sus características. Lo interrumpí y le comenté que no me tenía que convencer, que había ido a llevármelo, que solo le  tenían que añadir un alerón atrás y punto. Ese capricho estético retrasó unos días la entrega.

Me pareció que el señor puso cara de contrariado al no poder largarnos el discurso que tan bien se tenía preparado. Reaccionó pronto y empezamos a negociar la forma de pago: 60 letras en 5 años, como todo el mundo que está tieso. Me propuso subirle 5000 pesetas al precio para redondear la operación. Acepté, me dio el dinero  y nos fuimos felices.

Así que salimos sin coche y con mil duros en el bolsillo. Nos dirigimos directamente a una marisquería cercana y lo celebramos a lo grande.

 

 


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