SALSA
11/06/18.
SALSA
Allí
estaba yo en aquella cola infinita en el país de las infinitas colas, sudando
la gota gorda bajo un sol inmisericorde, con los ojos clavados en los enormes
glúteos de la mulata que tenía delante. Subida en unas exageradas plataformas de
cuerda de pita, el tanga leopardo apenas se intuía detrás de aquellos tersos
globos que parecían a punto de explotar.
Ella
hacía como que hablaba con su amanerado acompañante y yo hacía lo propio con la
mía, pero cuando vinimos a darnos cuenta estábamos haciéndonos carantoñas en
las aguas tibias de la piscina pública. Esa misma tarde mis amigos y yo
teníamos programado iniciar un viaje para dar la vuelta a la isla en un espectacular
viejo coche alquilado y ella se sumó con
gusto.
Nunca
antes había tenido una cita con una mujer tan explosiva, así que estuve hecho un
manojo de nervios hasta que apareció
puntual donde habíamos quedado en recogerla. Caída la noche, paramos en el
primer hotel con buena pinta que encontramos junto a la carretera. Ni que decir
tiene que la cena se me hizo eterna y que ni me enteré de qué comimos. A los
postres, cogimos nuestros mojitos y nos retiramos a mi habitación.
Fue
al cuarto de baño y yo la esperé impaciente en la cama. Se acostó, brindamos y,
sin venir a cuento, se puso a contarme la triste historia de su marido en paro
y sus dos hijos que apenas tenían nada para comer…Cuando desperté a la mañana
siguiente, ella se había ido y todo estaba en orden.
Solo faltaba el
dinero que llevaba ahorrado para aquel viaje recién iniciado.
Pues te explicó porque se lo llevó... Fue honrada
ResponderEliminar... Seguro una noche para recordar! 🙃😘
ResponderEliminarY es que el relato transmite el indiscutible arte que manejaba.
ResponderEliminarHola Antonio, primero saludarte por tu cumpleaños y después por este relato tan bonito y entrañable con el que nos deleita los domingos.
ResponderEliminarPor algún episodio de "pardillo" e incauto hemos pasado casi todos y el tuyo fue el haberte creído, como dice la canción de Sabina... ¡¡Steve McQueen!! Jajajaja.
Disfruta del día y hasta el domingo que viene.
Muchas felicidades Antonio, el relato se hace corto, faltan más anécdotas de ese viaje, que seguro que tienes, muchos besos
ResponderEliminarDe pardillos está el mundo lleno.Yó mismo(y lo peor es que a mi edad,aún sigo creyéndome los cuentos aprovechaos para desplumarme)Un abrazo amigo
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